La Mañana por Paulina

    “¿Trabajarías de prostituta?”: La denuncia por acoso sexual que pesa sobre el nuevo gobernador (RN) nombrado por Piñera en Iquique

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    Este viernes, en el contexto de una serie de renuncias de gobernadores, el Presidente Sebastián Piñera designó como reemplazante del saliente gobernador de Iquique, Alvaro Jofré, a Rodrigo Guagama (RN), ahora ex gerente general de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de la Región de Tarapacá.

    Lo que no informaron los medios que dieron cuenta de la llegada del nuevo gobernador, es que Guagama se encuentra actualmente enfrentando una demanda por acoso sexual y laboral presentada en junio de este año, cuyas audiencias comenzaron apenas hace dos días.

    La demanda, a la cual tuvo acceso a El Desconcierto, fue presentada por la ex ejecutiva de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Productivo de Tarapacá y sostiene que Guagama tiene un patrón de comportamiento de acoso, caracterizado por fuertes insinuaciones y reuniones fuera de horario laboral en cafés y restaurantes, cuyos contenidos poco tenían que ver con lo laboral.

    «¿Trabajarías de prostituta?«, fue una de las preguntas que el ahora gobernador de Iquique le habría hecho a la demandante según relata la denuncia, que agrega que otra de las prácticas habituales del ahora gobernador sería la de llevar a su círculo de trabajo a jóvenes estudiantes de la Universidad Arturo Prat -donde es Director del Departamento de Formación Técnica- a quienes les otorga cargos muy por encima de sus capacidades.

    Para sustentar una red de apoyo, la demanda asegura además que Guagama habría entregado privilegios (en poder y sueldos) a su círculo interno, asegurando con ello su fidelidad, lo cual habría generado una serie de episodios de acoso laboral tanto de su parte como de sus colaboradores más cercanos (una abogada y su periodista), hacia el resto del personal de la Corporación.

    Acoso sexual

    La demanda presentada ante el Juzgado Laboral de Iquique comienza relatando que al llegar a su puesto de trabajo, en noviembre de 2018, la denunciante, quien solicitó a este medio mantener su nombre bajo reserva, notó que al menos dos mujeres jóvenes (una de ellas era su antecesora en el cargo), de no más de 23 años, tenían un puesto de muy alta complejidad, como jefas de administración y finanzas, en una entidad cuyo presupuesto anual es de aproximadamente $2 mil millones provenientes de fondos públicos. Además de esto, su antecesora, dejaba el cargo por problemas laborales «que prefiere no discutir, pero que la ‘superaron’», según ella misma le habría relatado.

    Con esos antecedentes, la denunciante comenzó sus funciones laborales, hasta que con el pasar de los meses, comenzó a asumir más responsabilidades, y con ellas, se hicieron cada vez más frecuentes los episodios de acoso.

    Así, según su relato, en diversas oportunidades Guagama le solicitaba reuniones fuera del horario laboral en cafés y sitios similares, en las que poco o nada se discutía sobre trabajo. A estas, se suman comentarios completamente inapropiados de parte de quien era su jefe directo.

    «(Él tenía) una fijación desagradable en el tipo de vestimenta que usaba, el perfume, incluyendo el largo de mis uñas. En una oportunidad, le debí entregar un informe que debía revisar, toma el documento y me indica: “que rojas usas las uñas y largas, ¿son tuyas?” a lo que me incomodo y le respondo “sí”, luego de eso, él esboza una sonrisa y me pregunta “tú conoces el significado de las mujeres que usan las uñas largas y rojas, es algo que me gusta mucho, averígualo”. Luego de ese penoso suceso, me corté la uñas y cambié de color para evitar otro tipo de situación similar», explica la denunciante en su demanda.

    Situaciones similares ocurrieron con sus ropas. «A modo de ejemplo, si accedía a mi lugar de trabajo con un jeans de color más claro, me indicaba que bien se me veía ese color, que lindo se veía mi cuerpo y que había sido de muy buen gusto mi decisión (evidentemente, no me presenté nunca más a trabajar con ese pantalón), situación que se repetía con blusas, blazer o cualquier accesorio que para él fuera nuevo o llamativo, a su vez daba como llamado de atención que era muy “rico” el olor de mi perfume, que para él era un agrado poder saludarme en las mañanas, dado que era un saludo muy ‘cálido’«, agrega en su relato.

    Finalmente, en noviembre de 2019, la denunciante dejó de validar este tipo de comportamientos y de asistir a reuniones fuera del contexto laboral, situación que marcó el comienzo de los episodios de acoso en su contra, tanto de parte de Guagama como de sus colaboradores más cercanos.

    «Adicionalmente, mantenía la insistencia que comienza el 19 de febrero del 2019, para tomar un café con él, generando en mí la duda, si esa situación era con una razón laboral o bien con un asedio personal. La situación más crítica se dio, cuando él se acerca a la oficina un día “normal” dentro de la semana, y en un contexto muy informal y sin un sentido en la conversación que establecía, él me consulta si trabajaría de prostituta, situación que me dejó descolocada y sin saber qué tipo de respuesta dar», agrega la mujer en su relato.

    En ese sentido, Guagama también le habría preguntado cosas como si le sería infiel a su pareja, «¿por qué siempre mi foto de perfil en WhatsApp es con él y no sola?, que eso era más tentador para
    un hombre, dado que insinuaba más cosas«. A propósito de esto mismo, también le preguntaba «si su pareja era celosa».

    Acoso laboral

    Cuando la denunciante dejó de validar estos comentarios, comenzó el acoso laboral en su contra. «De forma reiterada, el gerente general (Guagama), abusó de su posición de jefatura para hacerme requerimientos e insinuaciones de índole sexual, las cuales finalmente rechacé para luego ser objeto de hostigamiento laboral dentro de los cuales se cuentan dentro de los más graves, el hecho de haber sido despedida en consideración a que me encontraba con licencia médica», resume la denunciante en el texto legal.

    En este período, la cambian de oficina y dejan de utilizar el grupo de WhatsApp en el que estaban las cuatro personas de confianza de Guagama. Todo por negarse a sus insinuaciones sexuales, detalla la denunciante.

    «Lo primero que hace la gerencia es cambiarme de oficina, sin justificación de ello y me derivan a una que estaba ubicada fuera del edificio, en una casa trasera, con el resto del equipo de proyectos (que no estaban en el grupo de confianza), con esto me hacen saber que perdí la posición privilegiada en la que estaba. Además de ello, me quitan las funciones que hasta hacía poco realizaba. Agregando a lo anterior, que curiosamente el grupo de WathsApp formado por el equipo de confianza de la gerencia denominado G5, no tuvo más interacción, por el contrario, las personas integrantes, (Rodrigo Guagama, Pablo Fuentes, Catalina Figueroa, Jenny Pérez) se empezaron a salir, quedando solamente con Jenny Pérez y don Rodrigo Guagama, pero sin conversaciones desde noviembre de 2019″, relata.

    Finalmente, por estos y otros episodios de acoso, la denunciante debió pedir ayuda psicológica, recomendándole su especialista que pidiera licencia médica. Así lo hizo, hasta que fue sorprendida con la desvinculación. Lo más insólito es que desde la Corporación justificaron el despido argumentando ausentismo laboral, siendo que la trabajadora se encontraba con licencia y quedó embarazada durante este periodo. Razón que derivó en que el organismo retrocediera con la medida.

    «Por otro lado, comentar que producto que no habían licencias médicas en el portal, no nos había llegado nada físicamente y por correo, y luego que varios tratamos de comunicarnos contigo pero al parecer estabas sin señal o con los teléfonos bloqueados, se decidió desvincularte y se envió la respectiva carta a tu domicilio, sin embargo, tomado conocimiento ayer que existía una licencia médica, se revoca formalmente dicha desvinculación mediante el presente correo», dice un email en el que una de las abogadas de la Corporación le responde a la denunciante que estaba preguntando por su licencia.

    El juicio

    En la primera audiencia de este caso, realizada el pasado 18 de noviembre, el juez laboral propuso como base de acuerdo la suma de $20 millones de pesos.

    Esto implica que el tribunal, sin revisar nada más que la demanda en sí, establece que ya existen causas fundadas para declarar culpable a la Corporación, sin que eso signifique una declaración de culpabilidad en sí misma.

    Se trata más bien de una estimación de lo que podría ocurrir en el juicio, cuya sentencia debería conocerse entre los meses de enero y febrero.

    La abogada defensora de la víctima, Paula Jara, relató a nuestro medio que «lo más probable es que se gane la demanda, trabajamos harto, y creo que tenemos un juicio bien fundado. Que se desestime totalmente la demanda cuando ya en la primera audiencia se calculó un monto de $20 millones es bien poco probable«.

    Asimismo, Jara aclaró que la demanda es en contra de la Corporación, representada por Rodrigo Guagama, pero que en el caso de que se conceda, el responsable de pagar la indemnización será la Corporación, y no Guagama.

    «Condena personal no va a tener, en el ámbito laboral las condenas son a la institución. Y lo grave aquí sería que cuando son condenas por vulneraciones a los derechos de los trabajadores, la institución queda con prohibición de recibir dineros públicos«, explicó Jara, detallando que en este caso eso significaría prácticamente la muerte de la entidad, que si bien funciona con dineros públicos, es de origen privado.

    En esa misma línea, la jurista explicó por qué no persiguen directamente a Guagama. «El acoso sexual es uno de los delitos más complejos de comprobar en el ámbito penal y civil. La revictimización es mucha para la víctima, y los tribunales se declaran incompetentes, porque la ley establece que si ocurrió en contexto laboral debe ser visto por un tribunal laboral. Ahora, eso es independiente de las responsabilidades que el Directorio de la Corporación puede perseguir en contra de Rodrigo Guagama», señaló.

    Por ahora, el caso deberá continuar el próximo 25 de noviembre, en una segunda audiencia preparatoria del juicio oral. El Desconcierto se contactó con el departamento de comunicaciones de la Intendencia de la región de Tarapacá, enviando los requerimientos pertinentes sobre el nombramiento del nuevo gobernador, pero hasta el cierre de esta edición no recibimos respuesta.

     

    Fuente: El Desconcierto.

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